I prefer to learn and be mistake, to repeat and invent vocabulary, make unsense phrases or neologisms than let my work in other people hands. For me the efectiveness and truth must be reached under the seek into the major field of mistakens and tries, routes and paths, traces followed and track left behind in all our different life time process.

From times to times the opens and closes cicles, periods, lapses and other kind of mesurements of time make us stop and rename, redefine our objectives, goals and plans. It took me fifteen years of my life complete a mature humanist research independently of the contribution that merely means the fact to pass these years doing two simple things: reading and writing.
But since my remote beginning as an anthropology student I’ve understood in other perspective the importance of non lettered culture in many ways: visualy, musicaly, cinematographicly, theatraly, crafterly, farmerly, harvestly, at least as part of an ambient.
Fifteen years reading and writing in distinct periods and intensities about my main topic, with less and more order, discipline and structure to work, few or lot ideas to follow, and so on. Writing and reading. Learning, always. Involving me with scholars and professors in Universities and Colleges, learning languages and developing skills to find historical books at web repositories.
Learning so to blog, to edit images, documents, pdfs, videos, audios a kind of digitized alfabetization. Not so well profesionalized, not so well taxized, not well identified my profile now has adquired other tone since I had been doctorate.

Prefiero aprender y equivocarme, repetir e inventar vocabulario, hacer frases sin sentido o neologismos que dejar mi trabajo en manos ajenas. Para mi el efecto y la verdad deben ser alcanzados bajo la búsqueda en el mayor campo de errores e intentos, rutas y caminos, rastros seguidos y huellas dejadas atrás en todos nuestros diferentes procesos vitales. De vez en cuando los ciclos que se abren y se cierran, los periodos, los lapsos y otros tipos de mediciones del tiempo nos hacen parar y renombrar, redefinir nuestros objetivos, metas y planes. Me tomó quince años de mi vida completar una investigación humanista madura independientemente de la contribución que significa simplemente el hecho de pasar estos años haciendo dos cosas simples: leer y escribir.
Pero desde mis remotos comienzos como estudiante de antropología he comprendido en otra perspectiva la importancia de la cultura no letrada en muchos sentidos: visual, musical, cinematográfica, teatral, artesana, campesina, recolectora, al menos como parte de un ambiente.
Quince años leyendo y escribiendo en distintos periodos e intensidades sobre mi tema principal, con cada vez menos orden, disciplina y estructura para trabajar, pocas o muchas ideas para seguir, etc. Escribiendo y leyendo. Aprendiendo, siempre. Relacionándome con estudiosos y profesores en Universidades y Facultades, aprendiendo idiomas y desarrollando habilidades para encontrar libros históricos en repositorios web.
Aprendiendo así a bloguear, a editar imágenes, documentos, pdfs, videos, audios una especie de alfabetización digitalizada. No tan bien profesionalizado, no tan bien fiscalizado, no tan bien identificado mi perfil ahora ha adquirido otro tono desde que me doctoré.

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