Cuando el corte
siendo luz
ensambló su faz
contra el espejo
de los días y los minutos
languideció el espacio.
Los señuelos de triunfos
idos y truncos
embalsamaron la visión
que de rotura plena
sembró el alma.
Cobija de misterios
luces como cortinas
que derrumban la salida
a un universo constante.
Tufo de miseria
la costra fugitiva
que se nombra herida
cuando calla la mirada.
Anterior a los impulsos
larga vida al desintoxicar
los años fastidiosos
con el imán incrustado
en el vaivén rumiante
que da la sabiduría.
Una otra cortina de agua
es lo ceñido al tacto
como manantial que rebana
toda angustia entre los soles.
No responses yet