Nada quedo profundo
en mis adentros
que un alma quebrada
y un cuerpo desvencijado
contra los espejismos fanáticos.
Nadie jamás pudo
domeñar la esclavitud
que en mi sangre habita
de milenios injustos,
de memorias cruentas
como ácida crueldad
devastadora y fulminante.
Ningún mecanismo o artificio
ninguna oscuridad ni rotura
pudo jamás doblegarme
solo para preguntar si en verdad
existía algo distinto a todo el sufrimiento
de esta tierra tétrica, terrorífica y asesina.
Como toda forma que se extingue
en la llanura de los tiempos
sin precedentes ni huellas
ni causas o efectos
sin asombro por el dolor
ni otra cosa que la demencia
adquirida por los testimonios
y las horrendas trifulcas de voces y ambiciones,
mi corazón latió hasta encontrarte.
Un laberinto de asombrosa pena
enquistado en el instante mismo
de la oscuridad más negra de toda oscuridad habida
fue derrocado contigo y tu alma
que sin desmantelar mis ausencias
ni desprenderme del absoluto silencio
que me comía lento
fue finalmente resuelto
para encontrar la salida
a una vida nueva,
quizá de sangre, luz y aliento
ya no en guerra ni en batalla
contra el mero instinto de sobrevivir
sino con la plenitud de aquello
que la dignidad debería darnos a todos:
un abrazo, un poco de agua y la infinita
ternura que nadie más pudo lograr en mí
antes de tu cuerpo frutal inimaginable
conquistará sin tocarlo
el estéril y prófugo ser
vuelto llamas y incendio
de miedos, dolores y tristezas
contigo manantial puro
donde curar el asombro rutinario
de cada día sin ti.
Un celestial algoritmo
caótico y cercano al infinitesimal
cero del año cero
motiva y alienta
estas ruinas y constancias
de todas las radicales
negruras imantadas al soplo único
que me aguarda: tu beso
si cierto y potente
nunca rabia ni furia ni estrépito
sino un calmo silencio,
sanatorio trémulo y chispeante
donde otra vez la luz vuelve al mundo
y como al hacer Dios los cielos y la tierra,
la luz retorna y comulga
en entendimiento, corazón y voluntad,
radiante, asombroso, majestuoso,
para que contigo exista quizá
una victoria que a nadie importe
pero que todo dé y obsequie,
si acaso más que todas las estrellas
del universo, el radiante impulso
del sol al nacer. Nazco así
con tu intención y tu nombre
como una vez nacido la muerte
a cada segundo ronda
pero no me alcanza
porque no podré sin tocarte,
sin ser contigo, otra historia,
otro silencio, ese beso que aguarda,
inesperado, anudado en nosotros,
ya no con la demencial máquina
de todo cuanto hoy nos rodea
e increpa a actuar impulsivamente,
sino como el fluir del viento, del agua,
ese crepitar del fuego, de un hogar,
como la tierra donde germina
otra vez la esperanza, otra vez, solo un poco aquí.

Nothing remains deep
in my depths
but a broken soul
and a broken body
against fanatical mirages.
no one could ever
tam the salvery
that lives in my blood,

of unjust millennia,
of bloody memories

like acid cruelty
devastating and fulminating.
No mechanism or artifice
no darkness nor break
could ever subdue me
only to ask if there really was
something different from all the suffering
of this gloomy, terrifying and murderous land.
Like every form that is extinguished
in the plain of time
without precedents or traces
or causes or effects
without wonder at the pain
or anything else but madness

acquired by testimonies
and the horrendous brawls of voices and ambitions,
my heart beat until it found you.
A labyrinth of astonishing pain
encrusted in the very moment
of the blackest darkness of all darkness ever
was overthrown with you and your soul
which without dismantling my absences

nor freeing me from the absolute silence
that was slowly eating me away
was finally resolved
to find the way out
to a new life,

perhaps blood, light and breath
no longer in war or battle
against the mere instinct to survive
but with the fullness of that
which dignity should give us all:
a hug, a little of water and the infinite
tenderness that no one else could achieve in me
before your unimaginable fruitful body
will conquer without touching it
the sterile and fugitive being of mine
turned into flames and fire
of fears, pains and sadness

with you pure spring

where to cure the routine astonishment
of each day without you. A heavenly algorithm
chaotic and close to infinitesimal

zero of the year zero
motivates and encourages
these ruins and constancies
of all the radical
blackness magnetized to the only earth
that awaits me: your kiss
yes certain and powerful
never rage or fury or noise
but calm and silence,
trembling and sparkling sanatorium
where again the light returns to the world
and as when God makes heavens and the earth,
the light returns and communes
in understanding, heart and will,
radiant, astonishing, majestic,
so that with you there may perhaps exist
a victory that no one cares about
but that gives and gifts everything,
if perhaps more than all the stars
of the universe, the radiant impulse
of the sun at birth. I am born like this
with your intention and your name

like death once born
it hovers around every second
but it is not enough
because I will not be able to without touching you,
without being with you, another story,
another silence, that kiss that awaits,

unexpected, tied to us,
no longer with the insane machine
of everything that surrounds us today
and calls for acting impulsivebly,
but like the flow of wind, of the water,
that crackling of the fire, of a home,
like the earth where hope germinates again, again, just a little here.