La saturación informativa de nuestro presente no puede encausarse de forma amplia y profusa, debe restringirse. En el hito de lecturas y trabajos, de libros y aprendizajes, el lenguaje es fundamentall. Enfrentarse a la episteme de la postmodernidad es también abrir los pasos para adentrarnos en la posthistoria y los escondites decoloniales. Pero en el fondo de nuestras inquietudes poco fiables, de eso que buscamos sin conseguir, encontramos también las figuras y los tropos para decirnos y decir a los otros, un conjunto que nos esparce y nos alegra.
Las lindes del pensamiento son también lindes de la acción, las fuerzas que nos sostienen en una pugna interna o en un descubrimiento externo. Porque en el silencio de la lectura encontramos una elaboración para adentrarnos en cosmos y universos que no son simples letras sino expresión sólidas del lenguaje, de la cultura y del pensamiento. En las orillas mismas de cada autor y de cada obra, en los entrecejos de las disciplinas y los gremios profesionales, nuestra vida se moviliza encontrando formas de expresión y de aprendizaje.
Mi gran reconocimiento a Luisa Pardo y Emiliano Urteaga, carnales de mi vida y de mi actuar, colegas de familia, autores, creadores, investigadores, luchadores sociales, educadores. Mi reconocimiento a mis hermanos, hijos de Margarita, mi sangre, mis pares, mi generación. Porque en los días que pasan y se esconden, en el decurso de las instancias en las cuales puedo identificarme, son ellos, aun a la distancia, quienes me hacen contraste, quienes me endilgan un ápice crítico, quienes me cuestionan y me enfrentan a la realización de algo más que mi vida egoísta. Porque en ellos el trabajo es una forma de valentía, una forma de actuación y libertad, una forma de confrontación del mundo y su putrefacción.
Luisa Pardo y Emiliano Urteaga, mi reconocimiento a ustedes, no sólo en este afán por mostrar libros y lecturas significativas para mí, no sólo en el hecho de incrustar mis reflexiones sobre los cosmos de mis libros y mis afanes, sino sobre todo respecto a un umbral desconocido en el cual me coloco como protagonista, sí, pero también como testigo. Porque ustedes inspiran mi actuar, porque son pilares de mi presencia, porque en el día a día sus combates, su tenacidad, sus luchas, ejemplifican mucho de lo que me hace falta, mucho de lo que necesito. Mis hermanos, mi sangre, mi gente, con ese fulgor combativo, con esa constancia indómita, con esa lucha por otros y para otros, con su identificación con causas sociales, con causas populares, con causas nobles, que son producto de su itinerario personal. Felicidades a mis hermanos, hoy y siempre los admiro mucho.
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