Rómulo Pardo Urías
Este trabajo fue presentado como ensayo final de la Experiencia Educativa Conformación Regional y Cultural de Veracruz impartida por la catedrática Sofía Larios León.
5.1.1 INTRODUCCIÓN
La llegada de los primeros españoles al territorio mesoamericano encabezados por Hernán Cortés en 1519 marca no sólo el inicio del período de conquista sino también el de la intensificación de los flujos humanos entre la costa del Golfo de México y el altiplano central. En el transcurso del período colonial, y con la consolidación de poblaciones y centros urbanos de mayor o menor dimensión, la importancia del puerto de Veracruz será primordial en tanto puerta de conexión con España. Así, la caída de México Tenochtitlán en 1521 y la instauración del nuevo régimen español marcará no sólo transformaciones políticas sino también económicas: importación de plantas con fines productivos como la caña de azúcar y el trigo, importación de animales diversos con fines alimenticios y de transporte como caballos, burros, vacas, gallinas, entre otros, pero también una transformación en cuanto a las relaciones sociales, en principio con la encomienda por ejemplo. La impronta comercial y económica fincada en la explotación minera va a detonar la vitalidad conectiva entre el altiplano y la costa del Golfo por la necesidad de trasladar las riquezas obtenidas en Nueva España a la Metrópoli. Con ello la necesidad de contar con un camino entre México y Veracruz cobra una relevancia crucial: tanto económica, por los productos trasladados, como humana, por los núcleos humanos y poblados creados en esta vía de comunicación, pero también por la llegada y traslado de distintos miembros de la sociedad española y de los altos funcionarios, como el Virrey, al territorio novohispano.
De esta forma, el presente trabajo busca delimitar y caracterizar la región central del estado de Veracruz desde la óptica que marca las distintas fases y momentos por los que atraviesa el camino México-Veracruz durante el siglo XVI. Considerando que la primera ruta entre el altiplano y el Golfo fue la que emprendió Hernán Cortés, siguiendo el apunte de Sergio Florescano Mayet que menciona la práctica inexistencia de vías de comunicación en el momento prehispánico entre el Golfo y el altiplano central, el desarrollo de este camino consiguió, bajo distintas motivaciones, la consolidación de poblados, ventas, centros de abastecimiento, entre otros núcleos humanos, que fungieron, en principio, como lugares de paso y descanso para el viaje entre la costa y la montaña. Por ello, se buscará localizar cómo el avance del camino México-Veracruz va a crear tales poblaciones, cuáles eran sus funciones y cómo se logra conformar un primer tramo del viaje en la región central del actual territorio veracruzano.
En orden de exposición resulta importante, en un primer momento, hacer un breve balance de las condiciones previas a la llegada de Cortés y de cómo éste desarrolla su viaje hacia México Tenochtitlan. Un segundo momento estará inscrito en la articulación suscitada a partir del camino México-Veracruz y las consecuencias inmediatas que implica su desarrollo, especificando características y rasgos sociales, demográficos, laborales, entre otros. Estos cambios, una vez instaurado el régimen colonial, serán considerados a partir de la lectura de Sergio Florescano Mayet: en ese sentido la lectura establece tres momentos distintos, aunque para los fines de este trabajo nos abocaremos a tomar en cuenta exclusivamente el primero de ellos, que se trata de la instauración y mejoramiento del camino en el siglo XVI. Por otra parte, la localización de los poblados que se encuentran en distintas crónicas coloniales mantienen un lazo importante con el desarrollo de dos vías del camino: una por Jalapa y Perote, otra por Córdoba y Orizaba. En ese sentido se busca mostrar cómo el camino articula estas zonas de poblamiento colonial, retomando el hecho de que el camino por Perote y Jalapa fue el más empleado a lo largo del siglo XVI y del XVII, aunque a partir de 1618 con la fundación de Córdoba y el cambio de ubicación del puerto de Veracruz a la zona conocida como las ventas de Buitrón, el camino por Puebla, Orizaba y Córdoba adquiere mayor uso e importancia. De esta forma será posible conseguir una perspectiva delimitadora para finalmente llegar a dar algunas conclusiones.
5.1.2 EL TERRITORIO VERACRUZANO A LA LLEGADA DE CORTÉS: LA REGIÓN CENTRAL Y LA PRIMERA RUTA AL ALTIPLANO DESDE EL GOLFO
En el momento de la llegada de Hernán Cortés y sus huestes al territorio mesoamericano existía una configuración territorial multiétnica, diversos centros urbanos que tributaban al imperio Mexica, una red, mayor o menor, de caminos y distintas elaboraciones culturales complejas del estrato civilizatorio derivado del proceso cultural del México prehispánico. Es importante notar cómo esta articulación compleja (social, económica y política) permitirá a Cortés tener un soporte y apoyo al momento de emprender su aventura de conquista hacia Tenochtitlan. En ese sentido la región de la Costa del Golfo vivía un momento de estabilidad con Zempoala como centro político y administrativo de la región, donde también estaban presentes, entre otros núcleos y poblados, Jalapa y Quiahuixtlan. Pese al predominio étnico nahua, las relaciones sociales se desarrollaban en un nivel multiétnico y complejo, como nos muestra el comentario sobre el asentamiento prehispánico de Jalapa de Carmen Blázquez al referir la presencia de 4 distintos barrios de origen étnico distinto: Xalitic al norte de origen totonaca, el barrio de Techacapan al oriente conformado por migraciones mexicas, el barrio de Tehuanapa al sur de origen tolteca chichimeca y el barrio de Tlamecapan de origen teochichimeca en la porción suroeste.
Por otra parte, la llegada de Cortés activará un dispositivo de comunicación importante e irá hilvanando los puntos que conformarán el futuro camino entre la ciudad de México y el puerto de Veracruz. Así, y retomando el apunte de Bernardo García Díaz, cuando Cortés llega en Abril de 1519 a Villa Rica se instaura el primer enclave colonial que llevaré el nombre de Vera Cruz, es decir la Verdadera Cruz, alusivo al viernes santo del desembarco. Para el mes de Agosto, tanto Cortés y sus tropas arriban a Jalapa e inician su incursión hacia Tenochtitlan, ya con la avidez de riqueza, especialmente de oro, después de haber recibido regalos de los emisarios de Moctezuma y noticias de la gran urbe en el altiplano central.
Siguiendo la lectura de Florescano Mayet, durante la época prehispánica hay una serie de núcleos demográficos aislados y autosuficientes con escasa comunicación que van a plantear un estado en donde:
La pluralidad étnica, lingüística y cultural de estas poblaciones fue otra de las múltiples causas que obstaculizaron el contacto [entre ellas]. Y éste se dificultó todavía más por la falta de medios de transporte animal. Como es sabido, los antiguos pobladores del territorio mexicano carecieron del burro, la mula, el caballo, el buey y aun de la llama. Sin estos medios, que intensificaron el transporte y el comercio en otros pueblos, y desconociendo la aplicación de la rueda, era natural que los caminos, en el mejor de los casos, apenas permitieran el tráfico de los “tamemes” o cargadores indígenas[1]
Frente a este estado de relativa incomunicación cabe mencionar que los futuros caminos coloniales entre Veracruz y México estarán empalmados y trazados a partir de los anteriores caminos prehispánicos. En ese sentido es crucial comprender cómo Cortés aprovecha el conocimiento del terreno de los indígenas para llegar hasta México Tenochtitlan. En 1770 el arzobispo de México Francisco Antonio Lorenzana escribe sobre el viaje del conquistador que:
ƒalió de allí [de Zempoala], y á la quarta Jornada entró en la Provincia, que llaman Xienchimalen, á la que daba el nombre un Pueblo nombrado Xicochimalco, eƒsto es, eƒcudo, ó defenƒa contra Abejas, ó Xicotes, y la neceƒitan allí contra eƒtos Animales, porque habrá muchos por aquellos Montes; es hoy de la Doctrina de Quatepeque, que quiere decir Cerro de Arboles; eƒta dicho Pueblo junto á Xalapa, y poco más, ó menos á quatro jornadas de Cempoala para venir a Tlaxcala en derechura, eƒpecialmente entonces, que no estaban abiertos los caminos[2]
El inicio del período colonial, con la caída del imperio Mexica en 1521, marcará el momento en el cual comience no solamente la expansión española por territorio mesoamericano sino también la vital importancia que cobra la instalación del puerto de Veracruz como enlace con la metrópoli española y, por consiguiente, la necesidad de tener un camino en buenas condiciones para el traslado de las mercancías y para el recibimiento y llegada de los próximos administradores, colonizadores y virreyes al territorio que se llamará desde entonces y hasta 1821 Nueva España.
5.1.3 EL CAMINO MÉXICO-VERACRUZ EN EL SIGLO XVI Y LOS PRIMEROS POBLADOS ESPAÑOLES EN LA ZONA DEL GOLFO
El primer trazo del camino que conectó al puerto de Veracruz en la costa del Golfo con la ciudad de México estará definido por la ruta que, atravesando Jalapa, empleará Cortés en su primera expedición. A la caída de Tenochtitlán la reconfiguración política y el nuevo régimen de dominación española tendrá como principales objetivos la obtención de riquezas y la expansión colonial. En ese sentido la importancia de la costa del Golfo es crucial en diversos aspectos: como núcleo de llegada y salida de mercancías, como punto de arribo a Nueva España y, gradualmente, como centro comercial. Así, el crecimiento de los dominios españoles, la expansión al norte y el descubrimiento de las minas de Zacatecas y Guanajuato entre otras, junto con la encomienda y la importación de plantas para la producción agrícola y de distintos tipos de ganados, irán transformando las actividades comerciales, pero también las posibilidades de transporte. El punto decisivo será a partir de 1531 con la fundación de Puebla, en cuanto al camino se refiere. A partir de este momento se consolida la importancia de tener un camino que conecte con Veracruz y adaptarlo al uso de animales europeos y carretas, pese a cierta escasez de unos y otras. Sin embargo, la relevancia del camino que detecta Cortés, acoplado al trazo prehispánico, es facilitar las comunicaciones, extender la conquista, impulsar el naciente comercio y ligar a este nuevo comercio con la metrópoli. De igual forma, y siguiendo la lectura de Florescano Mayet, en 1531 se plantea un cambio importante en el trazo de los caminos en tanto se da un “transito del trazo prehispánico de los caminos al propiamente de tipo colonial, más adecuado a los medios de transporte traídos por los nuevos pobladores”[3] implementándose el uso de carros y carretas hasta que para 1562 el camino está prácticamente consolidado y convertido en un camino propiamente para carretas.
Por otra parte, es importante ver, además, como para 1533 el Virrey Antonio de Mendoza considera a Jalapa como un punto necesario para hacer la escala en el viaje al altiplano, además de que esta población era un sitio de residencia temporal para los comerciantes españoles del puerto de Veracruz dadas sus condiciones insalubres por el clima, el calor, la humedad y las enfermedades como el paludismo. En ese sentido, el puerto de Veracruz ha cambiado de ubicación en 1525 hasta el interior del Río Huitzilapan, hoy poblado de la Antigua, y como menciona García Díaz, el resto del siglo XVI habrá dos puertos de Veracruz: “…el de Veracruz, puerto de estuario enclavado en el río y el de la isla de San Juan de Ulúa… [por lo que] …la mercancía se transportaba en barcas desde las naos hasta el puerto interior…”[4].
Volviendo al asunto del camino, existen dos vías desde 1531: una que pasa por Puebla, partiendo desde Chalco y transitando hacia Huejotzingo, Puebla de los Ángeles, Venta del Pinar y Venta de Cáceres; y otro denominado el camino de las ventas que se adentra al descenso hacia el golfo desde Nuestra Señora de Guadalupe, pasando por Santa Clara, San Cristobal, Catepec, Tequicistlan, Tepetlaztoc y Tecoaque. Ambos caminos se unen en la venta de Cáceres y se dirigen a Perote, para conducirse hasta la venta de Aguilar, la del Lencero, pasar por Jalapa y la venta del Río y del Río Rinconada, hasta llegar a Veracruz. Pero esta ruta por Perote y Jalapa no es la única, pues la que emplea Cortés en 1520 para combatir a Pánfilo de Narváez se dirige a la costa a través de los poblados de Huatusco, Orizaba y Córdoba, camino que también tiene un origen prehispánico y que se asocia al poblado indígena de Ahuilizapan (la futura población de Orizaba). Sin embargo, este camino no tendrá mayor relevancia sino hasta 1618, año en el que se funda Córdoba. También el cambio de ubicación del puerto de Veracruz hacia finales del siglo XVI, desde la Antigua hasta la zona de playa frontal a San Juan de Ulúa, sitio conocido como las ventas de Buitrón, incrementará la importancia de este camino.
No es extraño, por tanto, que en Perote se fundé en 1535 el Hospital de Nuestra Señora de Belén y entre 1556 y 1562 sea fundado en Jalapa el Hospital de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, que contaba con sitios de ganado menor, dos caballerías, casas habitación, algunos solares, ganados y esclavos negros, hospital conducido por la orden de San Hipólito. Por esos años, en 1574, se instalan ventas de hospedaje en la zona costera frente a San Juan de Ulúa y, a partir del apunte de García Díaz, el geógrafo del las indias Juan López de Velazco mencionaba que había 200 vecinos españoles y 600 esclavos negros en el lugar, casas de ladrillo y teja, una Caja Real, Iglesia parroquial, dos monasterios, uno franciscano y otro jesuita, y un Hospital llamado de la Caridad, sostenido por limosnas del pueblo.
Durante todo el siglo XVI el camino que conecta Veracruz con México será propiamente el que conduce por Jalapa y Perote, en función sobre todo de que la distancia del recorrido es menor, el ascenso a la meseta central es menos brusco, la abundancia de poblaciones, pastos y aguas para las necesidades de hospedaje de los viajeros y reposición de las energías de los animales de transporte, pero también porque hay menos cantidad de ríos que atravesar a lo largo de esta ruta. En ese sentido, el camino va a impulsar la formación de regiones comerciales derivadas de los movimientos mercantiles que impone el camino. El camino, por ello, tendrá distintos niveles de importancia a lo largo del siglo XVI: una importancia económica derivada del intercambio mercantil, una importancia demográfica en tanto vehículo del poblamiento de distintas regiones, una importancia social en términos de ser la ruta del Virrey a su llegada a Nueva España y su ascenso a la ciudad de México[5] y finalmente una importancia estratégica en términos militares por los conflictos internacionales en los que se encontró España durante el período colonial, así como el peligro que representó la piratería durante ese tiempo.
Dentro de las prioridades coloniales posteriores a la conquista vinculadas al trayecto México-Veracruz se encuentra la formación e instalación de ventas y poblados, como se ha mencionado, cuyo asentamiento será en ocasiones a partir de poblaciones indígenas o de nuevos núcleos humanos españoles. Estos establecimientos permitieron el abastecimiento de alimentos y hospedaje de los viajeros, pero como se mencionó, en ocasiones lograron generar distintos grados de economías locales que incrementaron su importancia. Tal es el caso de Puebla, Orizaba y Córdoba, aunque también Jalapa consiguió, durante el siglo XVI, instaurar un modelo económico y un asentamiento humano importante. A lo largo de esta centuria Jalapa cuenta con una Plaza Mayor, una Casa Real de Justicia española, el Convento de San Francisco y el Hospital de la Inmaculada Concepción mencionado con anterioridad. En cuanto a sus formas productivas se encuentra el cultivo del maíz, el trigo y el chile, además de la pesca y la crianza de animales domésticos. Los indígenas trabajarán para los españoles y se reedificará el caserío a la forma española, transitando del asentamiento indígena al reticulado castellano, consolidándose los barrios del Calvario, San José, San Francisco y Santiago. Entre 1531 y 1535 es establecido un corregimiento y dentro de la jurisdicción de Jalapa quedan las siguientes poblaciones: Jilotepec, Tlacolula, Coacoatzintla, Chapultepec, Naolinco, Acatlán, Tepetlán, Almolonga, Maxtlatlán, Chiltoyac, Atezac, Jalcomulco, Coatepec, Xicochimalco e Ixhuacán. Y si bien Jalapa funge como centro de la economía de la región, retomando a Florescano se crearan ramales del camino central que conectaba con Veracruz a partir de la consolidación de centros manufactureros y agrícolas, que estimularon el crecimiento de pueblos y villas:
Todos estos pueblos y regiones antes apartados vieron aumentar sus posibilidades de desarrollo al crearse nuevos centros que requerían productos. Al mismo tiempo, estas nuevas posibilidades impulsaron la creación de caminos vecinales que conectaban a los pueblos pequeños con centros de poblamiento importantes o con el camino principal México-Veracruz.[6]
En tal circunstancia, los ejemplos relevantes son los caminos que conectaron San Bartolomé, San Antonio Huatusco y San Juan Coscomatepec con Jalapa y Córdoba, los caminos entre Temascal, Santa Teresa y Potrero conectados con el Córdoba-Veracruz o el camino de Xico-Coatepec hacia Jalapa y el de ésta con Misantla.
Sin embargo, no todo fue florecimiento y esplendor, pues además la conexión entre Veracruz y México se adentraba en territorios comunales indígenas, quienes se vieron afectados, además, por el trabajo obligatorio que implicó el cambio de régimen de la encomienda y la hacienda españolas. En tales circunstancias, los indígenas eran obligados a trabajar tanto en la producción agrícola hacendaria como en la construcción del camino y en la de ventas y hosterías para el hospedaje de los viajeros. Florescano registra nítidamente cómo a lo largo del siglo XVI las protestas indígenas marcarán un importante problema referente tanto al camino como al cambio del sistema económico y laboral, donde los indios llevarán la peor parte. Pese a la república de indios y el cambio de leyes indianas, que buscaban protegerlos de los abusos españoles, la mano de obra indígena, sometida o desde los repartimientos como indios contratados, será el pilar en el que se engrandece la producción agrícola de las haciendas y también mediante la cuál se construyan los edificios públicos y las casas habitación, además de funcionar como empleados domésticos. De esta forma, hay un cambio en la espiritualidad referida al sistema del trabajo que, como comenta Florescano, pasa de un sistema comunal de trabajo a uno imperante desde las categorías económicas europeas del siglo XVI junto con los abusos que éste incluía.
Hasta aquí se intentó mostrar distintas problemáticas sobre el desarrollo del camino México-Veracruz, tomando en cuenta la relevancia de Jalapa como poblado de paso en el viaje entre estos puntos, pero también mostrando las formas en las que se desarrolla esta compleja realidad que abarca aspectos económicos, urbanos, demográficos, comerciales, expuestos anteriormente. No por nada cabe mencionar que si bien hasta finalizado el siglo XVI el camino será reparado y mejorado, a lo largo del siglo XVII será menos atendido su cuidado. Cabe mencionar, por otra parte, que las amenazas de la piratería inglesa en el puerto de Veracruz obligará a las autoridades coloniales a acantonar tropas militares en Jalapa. En todo caso, el camino ya estaba establecido y será hasta la segunda mitad del siglo XVIII cuando sea nuevamente recuperado su mejoramiento. Pese al incremento de la producción minera y agrícola, pese a la necesidad de exportación de bienes de diversos tipos a España, el siglo XVII queda marcado por el mayor uso del camino a través de Orizaba y Córdoba, aunque se prefiera el de Perote y Jalapa. Sin embargo, la constante al respecto es el descuido y la desatención de esta vía de comunicación a lo largo del siglo XVII.
5.1.4 POBLACIONES Y NÚCLEOS HUMANOS: HACIA LA CONFIGURACIÓN REGIONAL DEL CENTRO DE VERACRUZ DURANTE EL SIGLO XVI
Dentro de las poblaciones que han sido mencionadas hasta este punto, correspondientes al actual territorio veracruzano, es posible notar cómo el camino México-Veracruz influyó grandemente para la consolidación de ventas y otros asentamientos humanos como Jalapa o Perote. La historia inscrita en este camino va ha influir decisivamente en términos comerciales y demográficos en esta región central y marca definitivamente el incremento de la vida social. El orden de aparición de las poblaciones españolas en esta región inicia con la fundación de Veracruz en 1519, aunque a lo largo del siglo XVI tendrá distintas sedes hasta disponerlo en las ventas de Buitrón frente a San Juan de Ulúa hacia finales de esa centuria.
En segundo término, el poblado indígena de Jalapa constituye un segundo lugar relevante que, dentro del camino a México, es un paso obligado. Así mismo, en este último caso la instalación de haciendas, la arriería, las recuas de ganado para el transporte y los distintos edificios públicos, religiosos y de servicios, harán de este punto un lugar importante, articulado claramente por el tránsito de mercancías y viajeros entre el altiplano y el golfo. Otras poblaciones menores serán Perote y las ventas de Las Vigas, el Lencero, del Río y del Río Rinconada, Cerro Gordo y Coatepec. Sin lugar a dudas quedarán establecidos, de igual forma, núcleos de mayor importancia desde los cuales el resto cobran importancia.
Considerando el caso de Veracruz y Jalapa, en tanto ejes del camino a México, su desarrollo y transformaciones durante el XVI son cruciales. Retomando la lectura de García Díaz el cambio del puerto de Veracruz hacia el río Huitzilapan en la Antigua es importante en términos del desarrollo e intercambio mercantil, en cuanto que incrementa los costos de traslado. De igual forma la constante será una condición insalubre para el asentamiento humano, aunque para 1574 ya hay instaladas en la franja costera frente a San Juan de Ulúa algunas ventas, entre ellas la de Buitrón. En términos económicos hasta el año de 1550 desde Veracruz se exportará sobre todo oro, hecho que cambia especialmente derivado del descubrimiento de las minas de Zacatecas y Guanajuato entre 1548 y 1558, con lo que se incrementa la exportación de plata. Pero dentro de los productos exportados tenemos también productos regionales, como cueros, tintes, vainilla y productos medicinales como la zarzaparrilla o raíz de Jalapa, el cacao o el tabaco. De esa forma, son exportados los principales productos americanos, no solo los minerales, y se inicia el complejo entramado de los intercambios continentales: maíz, frijol, calabaza, camote, tomate y jitomate son frutos que comienzan a trasladarse al viejo continente. Al respecto, Florescano apunta la importancia económica del camino entre la capital novohispana y el puerto de Veracruz, considerando dentro de los productos trasladados entre Europa y la colonia, además de los mencionados, el trigo, el algodón en rama, las frutas tropicales, el añil y la grana cochinilla (que entran en la categoría de tintes) y el azúcar. Frente a este sistema de productos exportados, los que llegan de Europa son especialmente vinos, aceites, herramientas y utensilios de hierro, acero, sardinas, jabones, loza, hilos y seda, libros, armas y cinceles, entre otros.
Junto a este flujo de mercancías, a partir de 1530 se embarcarán a Nueva España entre 1000 y 1500 españoles, entre colonos, artesanos, mineros y comerciantes, funcionarios de las altas esferas eclesiásticas o civiles y sus acompañantes (familiares, esclavos, sirvientes entre otros), con lo que la población hispánica se consolida, pero sobre todo, quienes atravesarán en su aventura colonizadora los territorios del actual centro de Veracruz.
En 1525 arriban al menos 12 frailes al puerto, entre franciscanos, agustinos y dominicos, quienes defenderán la república de Indios. En todo caso, las leyes de Indias de 1542 colocarán al esclavo negro en el grado más bajo de la escala social y buscarán, al menos en teoría, defender el estatutos de súbditos de los indios, merecedores por tanto de protección y ayuda. Se podrá recordar, además, que en el puerto de Veracruz hacia finales del siglo XVI se encontraban un convento franciscano y uno jesuita. De esta forma, el relato que cuenta Antonio de Ciudad Real sobre la visita de Fray Alonso Ponce, entre 1584 y 1589, es un ejemplo nítido de las condiciones en las que se encontraba el camino entre Veracruz y Jalapa y las distintas ventas y poblaciones que existían entre un punto y otro. Este fragmento del relato mayor que es el Tratado curioso y docto de las grandezas de Nueva España muestra claramente el recorrido del fraile Ponce, comisario general de Nueva España en las provincias franciscanas. Dentro de sus recorridos, los viajes por el territorio veracruzano son importantes. Por ejemplo, relata claramente cómo se viaja desde San Juan de Ulúa hasta la ciudad de Veracruz y después de un traslado de quince leguas se llega a Jalapa, primer pueblo de indios.
En ese pueblo estuvo [Fray Alonso Ponce] desde el jueves hasta el domingo en la tarde, 16 del dicho [septiembre], y entonces salió a dormir a una venta seis leguas de allí, llamada de Las Vigas, donde por orden del guardián de Xalapa había tan copioso aderezo de camas y de cenar para doce personas que iban, que sobró para muchos pasajeros españoles que allí habían llegado[7]
En Jalapa había caballerías y establos para la cría de ganado. También eran importantes las recuas y los arrieros, que conducían a lo largo del trayecto hacia Perote. Además había molinos e ingenios, considerando siempre que las formas jurídicas de apropiación de la tierra indígena por parte de los españoles fueron dadas a partir de la capitulación, el repartimiento o la merced. Pero Jalapa propiciaba estancias ganaderas, tanto de ganado mayor como menor, mantenía una producción agrícola importante de maíz y azúcar, al grado de tener un cierto número de esclavos negros que eran empleados y poseídos por funcionarios navales, escribanos, clérigos, autoridades civiles y moradores, propietarios de trapiches eingenios, cobradores, estancieros y comerciantes, dentro de los que menciona Blázquez Domínguez. Regresando al relato de Antonio de Ciudad Real, hay una serie de poblaciones y establecimientos que se enlistan en el recorrido y que incluye distintos tipos de actividades y de pobladores: prosiguiendo el viaje anotado en la cita precedente, Fray Alonso de Ponce se dirige después a Tecamachalco donde recibe regalos de los indios y viaje catorce leguas hasta Perote, donde oficia misa en el hospital de esa población y que mencionamos en el apartado anterior. Después de Perote viaja a Huamantla, antes de llegar el 20 de septiembre a Tlaxcala y de ahí viajar cinco leguas hasta Puebla de los Ángeles y dos leguas más hasta Cholula. En este caso el camino hasta México le impone estas jornadas, pero es apreciable cómo entre por la venta de los Ranchos y de ahí se dirige a Tlalmanalco y después a Xochimilco a 6 leguas del último sitio. De esta forma, el relato del viaje de Fray Alonso Ponce sirve para localizar los puntos que mencionamos sobre el camino de Veracruz a México, en principio, pero también para notar cómo existen distintos puntos y poblaciones españolas que irán naciendo dentro del contexto de las necesidades del viaje. Como ejemplo final de la región central veracruzana podemos ver que Antonio de Ciudad Real menciona en su relato, además, los poblados de Jalacingo y su convento, anotando que en esta tierra se dan piñones. Habla de Perote, la venta de Cruz Blanca y de Las Vigas, que hemos ya mencionado, dentro de las que se encuentran rumbo a Xalapa. También menciona la venta de La hoya, Cerro Gordo y Rinconada, la venta del Lencero y la de Buitrón, con lo que es notable el hecho de que para 1589 la mayor parte de la ruta entre Jalapa y Veracruz ya cuenta con un sistema de ventas que abastecen de provisiones a los viajeros. Así, cuando Veracruz es trasladado a las ventas de Buitrón y ha sido fundada la población de Córdoba, en 1618, se inicia el tránsito por el camino que va desde Puebla y pasa por Orizaba hacia Córdoba y posteriormente el Puerto de Veracruz. Este segundo camino entre Veracruz y México cobrará vitalidad e importancia en el siglo XVIII con el estanco del Tabaco y Orizaba, pero durante el siglo XVII será la ruta por Perote y Jalapa la que predomine. Sin lugar a dudas, al terminar el siglo XVI se han iniciado los procesos de poblamiento y asentamientos dominados por españoles en esta región veracruzana, sin poder anular la influencia y el valor de estos procesos a partir de la necesaria conexión entre el Golfo y su puerto y la capital de Nueva España o la antigua ciudad de Tenochtitlan, en eso que fue llamado el camino de Castilla.
5.1.5 CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo intenté mostrar las formas en las que se articuló el poblamiento y consolidación de centros regionales en la zona centro del actual territorio veracruzano a partir del desarrollo del camino entre el puerto de Veracruz y la ciudad de México. Considero que lo expuesto ha permitido poner de relieve una complejidad económica, social y política, que va tejiendo un entramado histórico particular. Si bien no existe para ese entonces una regionalización determinada, cabe mencionar que el impulso colonial define a esta zona como puerta de entrada y salida a Nueva España. Considero que el puerto de Veracruz funge como un centro principal desde el cual la actividad comercial y social, serán determinadas. No es gratuito que frente a las condiciones insalubres del puerto, sus comerciantes y pobladores decidan instalarse y adquirir propiedades en Jalapa, con lo que se activa un intercambio y flujo importante de personas y cosas. También es notorio que conforme avanza la exploración y colonización del territorio novohispano, el auge y aumento del puerto se incrementa y es más relevante. La breve investigación efectuada permite notar que hacia el siglo XVIII, en pleno contexto de las reformas borbónicas, la región vivirá un auge económico y comercial importante, que puede representarse con las ferias de Jalapa a partir de 1720 y hasta 1778, el estanco del tabaco en Orizaba en 1776 y la creación del consulado de Veracruz en 1795, hechos todos que son traducción de la importancia económica de la región y del flujo mercantil que vive. Lamentablemente el tiempo y al extensión del trabajo no permitieron alcanzar ese período de tiempo y se prefirió establecer los puntos de inicio de este proceso que culmina, superficialmente, con la independencia de 1821.
En otros sentidos, es importan destacar que el período colonial implica una complejidad y diversidad que no puede restringirse a un interpretación simplista. Esto queda demostrado con el hecho de que en el nivel de importancia del camino que estudiamos en su dimensión histórica, se pueden derivar variables que implican estudios de población, flujos mercantiles, historia de asentamientos y poblados, llegada de colonos y mestizaje, entre algunos temas que pueden desprenderse de este primer acercamiento. Como tal es parcial y no exhaustivo, pero da al menos una idea somera del origen colonial de asentamientos que llegan hasta nuestros días, de su historia y de sus inicios, de una forma de sus antecedentes, que aunque ya no accesibles vivencialmente, configuraron en muchos sentidos tanto su identidad, como su economía, sus relaciones sociales, sus formas culturales, entre las expresiones humanas que pueden mencionarse.
Sin lugar a dudas la conformación regional de la zona central, desde la perspectiva empleada aquí, implica abrirse a un estudio mucho más profundo y analíticamente más elaborado, en función de lo que se desee observar, pero la lectura de Florescano permitió localizar aspectos importantes que posteriormente fueron apuntalando una versión de los hechos completada con las interpretaciones de García Díaz y Blázquez Domínguez. Así mismo, pese a que las versiones historiográficas puedan resultar algo “obsoletas” y “generales” permitieron alcanzar a comprender relaciones históricas complejas (como pensar en el nexo entre Veracruz y Jalapa o pensar en la disputa entre Orizaba y Jalapa o incluso vislumbrar la vinculación histórica entre la ciudad de Puebla y Jalapa y Orizaba) aunque fuera de forma parcial.
El resultado se dibuja como un acercamiento mínimo a los problemas históricos en el contexto veracruzano, como una experiencia de lectura de historiografía de Veracruz más o menos reciente, como un ejercicio que abre el problema, tan debatido actualmente, de lo local y lo global, de lo regional y lo nacional, de lo único y de lo múltiple. No cabe duda, al concluir este trabajo, que Veracruz cuenta con una historia larga y nutrida, diversa, imposible de reducir a una versión oficial de los hechos.
BIBLIOGRAFÍA:
Blázquez Domínguez, Carmen. Xalapa. Colección Veracruz: imágenes de su historia. #7. Jalapa, México. Archivo General del Estado de Veracruz. 1992. pp. 9-29.
de Ciudad Real, Antonio. “Tratado curioso y docto de las grandezas de Nueva España” fragmento en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos. 1518-1697. Tomo I. Jalapa, México. Gobierno del Estado de Veracruz. 1992. pp. 81-130.
Florescano Mayet, Sergio. El camino México-Veracruz en la época colonial. Jalapa, México. Centro de Investigaciones Históricas. Universidad Veracruzana. 1987.
García Díaz, Bernardo. Puerto de Veracruz. Colección Veracruz: imágenes de su historia. #8. Jalapa, México. Archivo General del Estado de Veracruz. 1992. pp. 11-39.
Lorenzana, Francisco Antonio. “VIAGE DE HERNAN CORTES deƒde la Antigua Vera Cruz á México para la inteligencia de los Pueblos, que expreƒa en ƒus Cartas, y ƒe ponen en el Mapa” en Historia de Nueva España de Hernán Cortés. Edición facsímil de la original de 1770. México, D.F. Secretaria de Hacienda y Crédito Público/Porrúa. 1981. pp. I-XVI
[1] Florescano Mayet, Sergio. El camino México-Veracruz en la época colonial. Jalapa, México. Universidad Veracruzana. 1987. p. 13.
[2] Lorenzana, Francisco Antonio. “VIAGE DE HERNAN CORTES deƒde la Antigua Vera Cruz á México para la inteligencia de los Pueblos, que expreƒa en ƒus Cartas, y ƒe ponen en el Mapa” en Historia de Nueva España de Hernán Cortés. Edición facsímil de la original de 1770. México, D.F. Secretaria de Hacienda y Crédito Público/Porrúa. 1981. p. II.
[3] Florescano Mayet, S. Op. Cit. p. 19
[4] García Díaz, Bernardo. Puerto de Veracruz. Jalapa, México. Archivo General del Estado de Veracruz. 1992. p. 17.
[5] La ruta del Virrey, como comenta Florescano Mayet, se conducía a través de los siguientes poblados: Veracruz-Jalapa, Jalapa-Tlaxcala, Tlaxacala-Otumba, Otumba-Ciudad de México.
[6] Florescano Mayet. S. Op. Cit. p. 49
[7] de Ciudad Real, Antonio. “Tratado curioso y docto de las grandezas de Nueva España” fragmento en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos. 1518-1697. Tomo I. Jalapa, México. Gobierno del Estado de Veracruz. P.94