Rómulo Pardo Urías/Romulaizer Pardo
México. 1981.
Nací sietemesino por herencia genética paterna, me atrevo a deducir, en la ciudad de Hermosillo al noroeste mexicano en Sonora un domingo pasado del medio día. Mi madre, Margarita Urías Hermosillo, maestra, guerrillera, etnóloga, intelectual, historiadora y madre mexicana, fue el pilar que me soportó hasta su muerte en el año 2000. Mi padre, Rafael Pardo Tejeda, médico, promotor de salud y farmacéutico, deportista, ha sido un ejemplo no estimado ni sopesado en mi vida, cuando ha buscado dar pautas de salud para vivir (dejar de fumar, trabajar asalariadamente, hacer actividad física, dejar sustancias y malos hábitos, entre otras). Fueron dos experiencias irreconciliables personalmente, que me marcaron y han hecho trastocar lo más íntimo de mi ser, privado y público. Cosmovisiones antagónicas que signan mi identidad escindida entre los polos de sus expresiones extremas.
Tuve problemas para incorporarme a la escuela pública en la educación primaria, aunque asistí en algunos grados a ella. Aprendí inicialmente a leer y escribir con el método de mi abuelo materno el profesor Luis Urías Belderráin, conducido por mi madre Margarita. Los tres primeros grados escolares los efectué en instituciones educativas del estado de Chihuahua, ingresando en 1988 a la educación elemental. Empecé a escribir relatos en 1992 como parte de mis clases de regularización de español hasta que en quinto grado hicimos un álbum de cuentos por encargo de la profesora Estela Müller. Ese mismo año al lado de mi hermana Luisa y mi tío Luis Urías participé en la realización de un álbum de rap Marcianitos donde compusimos rimas y letras musicalizadas por nuestro tío, que nos sirvió para tener una experiencia artística, editorial y de diseño de producto, pero también nos ayudó a cantar, componer, hacer pruebas de audio, grabaciones, mezclas, entre varias labores de un proceso de grabación. Otras maestras importantes para mí fueron Evelia Botana y Gloria Saynes, pero también mi iniciadora en la música Mariana Elizondo, junto a Patricia Chavez, ya en el nivel secundaria. Aquí igual pongo de relieve a mis primeros maestros xalapeños Sergio Rangel, Francis Benavent y Paco Guevara. Otra importante experiencia fue el aprendizaje mínimo de piano con la tía Casiana Urías Hermosillo en Chihuahua, con quien aprendí un poco lectura de partitura y ejecución de teclado elemental. Fui así educado por mis tíos maternos mayores y por el núcleo de hombres y mujeres en torno a la escuela activa privada Celestin Freinet de la ciudad de Xalapa.
Por el lado paterno, mi padre Rafael proviene de una familia de médicos y personas de ciencia aplicada, con particular amor por los deportes, el cine, la televisión, los viajes y la música. A su lado me fue inculcada una educación más de tipo atlética practicando casi cualquier tipo de deportes aunque de manera informal: soccer, atletismo, basketball, baseball, volleyball, etc. Desde 1991 radiqué en Xalapa y comencé a tener una educación más amplia y sólida en la escuela Celestin Freinet, junto con la práctica del Tae Kwon Do bajo las enseñanzas del profesor Santiago Escutia Martínez, actual Kwam Yam Nim de Excelencia Marcial de México, creciendo también en ambientes de artes (teatro, danza, música, cine, escultura) circundantes a la ciudad de las flores por la actividad de la Universidad Veracruzana. En 1996 comencé mi aprendizaje de la guitarra y paulatinamente a componer canciones, terminando mis estudios de secundaria en 1997 año en que realicé mi examen de cinta negra primer dan en la ciudad de México obteniendo el grado por Moo Duk Kwan de México A.C. y por Kukkiwon. Ingresé ese mismo año a la Escuela de Bachilleres Ricardo Flores Magón Oficial B, donde cursé la educación media superior obteniendo el bachillerato en el año 2000, con especialización para el trabajo en el área de secretariado, aprendiendo mecanografía, taquigrafía, poco de contabilidad, muy mal aplicada y ejercida, ejercicios de caligrafía, entre otros.
En el año 2000 ingresé a la Universidad por primera vez y saqué mi credencial para votar con fotografía del Instituto Federal Electoral. Ese año tuve mi primer y único periodicazo nacional en La Jornada cuando mi seudónimo Litto Parusa García fue finalista del Concurso de ensayo convocado por el Centro de Investigación y Docencia Económica. También fue el año que rompí mi primer relación estable de pareja sentimental, mi noviazgo adolescente. Ingresé a la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa al Departamento de Antropología Social a cursar su licenciatura en esa disciplina, enfatizando mi interés en antropología cultural. En esta experiencia obtuve aprendizajes y apoyo de profesores como Ricardo Falomir, Ana Paula de Teresa, Angela Giglia, Margarita Zárate, Scott Robinson, Xóchitl Ramírez, Héctor Muñoz, entre los principales. Derivado de una compleja crisis psicoafectiva por la muerte de mi madre en noviembre de ese 2000, un alto consumo de drogas psicodélicas y un quiebre psiquiátrico en 2002 abandoné mis estudios en la ciudad de México. Volví a Xalapa y traté de reestablecerme. En la experiencia de la UAM-I fue muy importante y complicado ver lo aprendido, lo valioso, lo nutritivo de ese fracaso y momento de quiebre. Aunque intenté retomar la antropología social en 2004 no conseguí volver a las aulas hasta que en 2005 en Xalapa postulé mi ingreso a la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana. Acercarme a este recinto del saber fue parte de involucrarme con procesos de lectura y aprendizaje de autores latinoamericanos, europeos y mexicanos, particularmente con la inquietud de comprender algunos funcionamientos de la lengua española y de la lengua literaria en distintos contextos. Este ingreso estuvo marcado por la contemporaneidad de la entrega del Premio Cervantes al autor Sergio Pitol en 2005 que produjo una ola cultural, literaria y publicista amplia y profunda, junto a una camada de investigadores, críticos literarios, estudiosos y académicos intra y extra Universidad Veracruzana, que dieron paso a profundas labores editoriales y culturales: como la Biblioteca del Universitario o la Biblioteca Sergio Pitol Traductor, las ocasiones que el Hay Festival se celebró en Xalapa o distintas formas y modalidades de los intercambios entre la casa de estudios veracruzana y distintas instancias educativas chinas, entre algunos hechos reconocidos como parte de estos destellos de una época dorada en la Atenas veracruzana. En la Facultad de Letras ingresé como alumno de la licenciatura en Lengua y Literatura hispánicas siguiendo una trayectoria tutelado por enseñanzas de profesoras como Nidia Vincent, Mercedes Lozano, Malva Flores, Marianela Páez, Monserrat Zúñiga, Elsa Díaz Carvajal, Elizabeth Corral, Georgina Trigos y Martha Pastuka, además de los catedráticos Mario Muñoz, José Luis Martínez Suárez, Alejandro Sánchez Vigil y Andrés Hassler. Mis procesos no resueltos me llevaron a un nuevo quiebre psicoafectivo que me orilló a abandonar los estudios en 2010, habiendo ideado ya una somera inquietud de investigar a Ignacio de Luzán que me marcó por más de una década. En 2007 gracias a la ayuda de Alejandro Albarrán Polanco pude acercarme al grupo para participar en la antología de poesía Hasta agotar la existencia Vol. III coordinada por Aldo Alba desde la editorial Resistencia de Josefina Larragoiti y en 2009 autogestioné la publicación de un cuaderno de poesía Reuniones del milenio que termina con el equipo de editorial Épica ahora Editorial Fénix.
Con los altos grados de frustración personal y aún algunos residuos críticos de mis experiencias me fue posible adherirme a las actividades de trabajo del antropólogo Mariano Báez Landa en el Taller Miradas Antropológicas entre 2010 y 2013, en el marco del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Unidad Golfo. Colaboré en la realización de un video conmemorativo al antropólogo Salomón Nahmad Sittón junto a la organización de dos Encuentros Internacionales de Cine y Video Etnográfico, uno celebrado en Xalapa en 2010 y otro celebrado en Oaxaca en 2012. A partir de esta experiencia desarrollé habilidades de gestión secretarial (toma de minutas de reuniones de trabajo, búsqueda de información para hospedaje, traslado y cotización de viajes, manejo de plataformas web, edición básica —vídeo, audio, imagen, web—, transcripción y mecanografiado, atención a visitantes extranjeros, entre otras actividades). El cambio al sistema operativo Apple ayudó a ciertas competencias, reduciendo otros niveles de alfabetismo digital (Windows, LINUX). Lo crucial de esta experiencia fue entender que debía reivindicar mi vida participando en una profunda rehabilitación para la vida abandonando el consumo de sustancias psicoactivas y replanteando mis prioridades. En ese entonces participaba en una tertulia de apreciación de ópera del maestro Pitol, quien dentro de sus recomendaciones personales me indicó preferentemente estudiar historia en la Universidad Veracruzana más que en la Universidad Nacional Autónoma de México. Así, después de hacer trámites de revalidación en enero de 2012 reingresé a la Universidad Veracruzana a la Facultad de Historia para iniciar un nuevo camino académico, ya con los antecedentes descritos que marcaron mucho de mis procesos mentales, intelectuales y cognitivos.
De 2013 a 2015 contribuí como becario CONACYT de la exprofesora jubilada hoy día Elizabeth Corral Peña del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, contribuyendo a distintos tareas de organización de su archivo académico y trabajos editoriales en este caso del libro Confluencias. Lecturas en torno a Sergio Pitol (IVEC, 2016) En 2015 fui becario del Verano de la Investigación Científica de la Academia Mexicana de Ciencias colaborando con el investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Ciudad de México Carlos Sola Ayape, en los trabajos de archivo en el Archivo del Arzobispado de México y en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Ciudad de México los cuales todos dieron por fruto el libro Falangista e informante del franquismo. El padre Mateo y su viaje a México en 1947 (Fontamara, 2016).
Cinta negra Kukkiwon/Moo Duk Kwan (1997)
En 1997 presenté la tesina Cambios psicológicos derivados de la práctica del Tae Kwon Do para mi examen de primer dan. En esos años el Kwam Yam Nim Escutia Martínez abandonó la asociación Moo Duk Kwan y formó su escuela Excelencia Marcial de México A.C. en 1998, cuando yo era aún su alumno y obtuve de él y su primer examen de cintas negras el grado de segundo dan al cual renuncié años después. Pero para ese examen preparé un trabajo Proyecto de Escuela de Tae Kwon Do y vida para niños. Ambos textos fueron productos guiados y conducidos en distintos grados por mi entonces grupo adulto: la cabeza y tutora, Margarita Urías, el medio hermano mayor, estudiante entonces de psicología en la UNAM, Emiliano Urteaga, y el profesor de artes marciales, Santiago Escutia. Los trabajos representaron un esfuerzo de lectura, síntesis y escritura con un fin personal obtenido en su momento y representan dos testimonios ensayísticos juveniles de escritura. Una pieza importante es la ilustradora y creadora de imágenes Luisa Pardo Urías, carnala hermana mía que diseñó la portada de la primera tesis. Estos dos trabajos se inscribieron en un proceso formativo completo dentro de la formación básica hasta la educación media superior, dotando mi experiencia de lectura y escritura con fundamentos importantes para el desarrollo del trabajo de investigación. De gran utilidad fue ser parte de un familia de humanistas y científicos sociales.
En el primer ejemplo fue de gran ayuda el trabajo de entrevistar a los maestros Adrián Mendieta y Santiago Escutia respecto a su introducción y práctica del Tae Kwon Do, para poder mostrar cómo la práctica del Karate coreano era entonces, y me atrevo a decir ahora sigue siendo, un pilar importante para el cambio de hábitos de conductas, comportamientos y actitudes de infancias problemáticas, negligentes, omisas o complicadas por situaciones familiares, contextos psicoafectivos difíciles o procesos de desarrollo psicológicos divergentes o mermados respecto a formas y patrones de conducta dentro de normas y conductas aceptadas. En ese sentido, la tesina presentada para el examen de cinta negra primer dan fue de gran ayuda para mostrar las formas mediante las cuáles el ejercicio, conocimiento, práctica y adentramiento en el arte marcial era, y es, una herramienta formativa, instructiva, correctiva y pedagógica necesaria para construir elementos disciplinarios, auxiliares y conducentes a la formación de carácter, valores y normas adecuadas para la vida.
En el segundo caso, traté de mostrar los rasgos de una idea muy gruesa y simple, de lo que un joven de 16 años podía hacer, de un proyecto de escuela de Tae Kwon Do para niños, con una perspectiva pedagógica en artes marciales para fomentar el uso de instrumentos visuales para el aprendizaje de técnicas marciales (pateo, golpeo, posiciones, etc.) con la equiparación necesaria de una visión de vida o vitalista para la construcción de este modelo de enseñanza-aprendizaje. Un proyecto no realizado pero que tenía por intención construir un Doyang para formar infancias en Karate coreano desde la perspectiva integradora de la vida y las necesidades de una positiva manera de ver el mundo, el crecimiento, el desarrollo y el actuar humanos.
Escritor autogestionado (2000)
El año 2000 estuvo marcado por el Jubileo Vaticano, los Juegos Olímpicos, las elecciones presidenciales de la transición democrática en México del foxismo, el Y2K, los globalifóbicos, las políticas antitabaco, entre un largo etcétera. Pero más o menos por ahí de febrero en la Oficial B, o la Escuela de Bachilleres Ricardo Flores Magón, de la ciudad de Xalapa en Veracruz la orientadora vocacional nos compartió una convocatoria de un concurso de escritura del Centro de Investigación y Docencia Económica sobre educación en México. Me animé a documentarme y escribir algo, participando con un ensayo que quedó finalista titulado La penumbra de la educación nacional o breve ensayo de su realidad. Un título pretencioso para un jóvencito burgués, inexperto, mimado e ignorante del mundo (hasta ahora). El seudónimo Litto era un apócope de Romulitto y por analogía una remembranza del rockero argentino Litto Nebia, Parusa era una palabra compuesta con letras de mis apellidos y García era otro juego con otro rockero argentino Charly “…”. Fue el primer seudónimo que utilicé.
Después de esa experiencia tuve poca fortuna para publicar y dar a conocer mis escritos. Fue gracias a Erika Carrillo que logré publicar un poema en el semanario Punto y aparte de don Froylán Flores Cancela en 2005 o 2006, para después gracias a ella contactar con Omar Piña y publicar unas cosas en Laberinto Milenio El portal Veracruz. Gracias como dije a Alejandro Albarrán Polanco conseguí el contacto para publicar unos poemas en la editorial Resistencia. Pero nunca pude ni logré vincularme bien con personas del medio creativo. Para 2009 autogestioné el cuaderno de poemas Reuniones del milenio que termina como una selección de escritos personales. Desde 2012 estuve participando intermitentemente con el colectivo Adict@s a la poesía en Xalapa y en su revista salieron unos breves poemas gracias a la incansable labor y empeño de Mirna Valdés Viveros y Manuel Martínez Morales (2021†).
Escritura académica (2000-2023)
Una de mis más acuciantes inquietudes como estudiante y académico ha sido participar en encuentros, congresos y reuniones como ponente. Mi primera experiencia se remonta a 2001 cuando presenté un trabajo dentro de un congreso de estudiantes de antropología sobre arte y cultura para reflexionar su relación con el lenguaje desde el estructuralismo de Lévi-Strauss y el simbolismo filosófico de Cassirer mediado por la reflexión del lenguaje. Como estudiante de literatura realicé exploraciones temáticas en distintos campos: poesía italiana, narrativa latinoamericana, marxismo y realismo, poesía y filosofía oriental comparada con cine, entre otros temas. Este singular esfuerzo me permitió mantenerme inquieto, leyendo e investigando sobre múltiples temas, hasta ubicar en mi trayectoria en letras la más importante obra del autor español del siglo XVIII Ignacio de Luzán La poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies. Al encontrarme con este trabajo y verme superado en todo sentido para poder conciliar mis capacidades con los requerimientos para hacer una investigación suficiente me enfrenté a una crisis epistemológica, de mis saberes, que aunado a mi honda crisis psicoafectiva me hizo abandonar nuevamente mis estudios como ya dije. Pero me mantuve buscando perseverar y haciendo esfuerzos por alcanzar resolver la obsesiva pregunta de si en su tiempo histórico esta obra hubo sido leída por los hombres habitantes del territorio mexicano. Con esta derrota académica a cuestas en 2010 ante la muerte del escritor Carlos Monsiváis escribí un agridulce y ácido ensayo De la heroicidad e idolatría literarias o del arte de combatir con la voz. A propósito del deceso de Carlos Monsiváis (1938-2010†) donde me propuse un programa cumplido a cabalidad en 2023 al doctorarme con una tesis de investigación profunda indagando las huellas de recepción de la cultura escrita y la magna obra de Luzán en la América española colonial y Nueva España-México hasta 1840. Dentro de este programa se incluía escribir mi primera novela, que fue redactada entre 2010 y 2013, editada e impresa en 2017 por Innovación editorial Lagares El olvidado imperio Natdzhadarayama y realizar el compendio y publicación de las obras académicas de mi madre, también logrado gracias a la iniciativa del ahora desaparecido José González Sierra (2021†), los esfuerzos de Juan Ortiz Escamilla y el auxilio de Judith Páez que dieron por fruto el libro Margarita Urías Hermosillo. Obra histórica editado por la Universidad Veracruzana en 2017. Mis ponencias y trabajos escolares tanto de antropología como de literatura junto a algunos artículos de opinión y otros ensayos fueron recopilados en mi libro Retazos quebrados de la vida editado por Chiado en 2018 que cambió de nombre a Publishway. Pero mis investigaciones propias de mi proceso formativo en la disciplina histórica están alojadas en este sitio web bajo un compendio titulado en forma breve Tiempos escritos. Este conjunto de ensayos, a manera de cuerpo escrito, fungen bien como trabajos de divulgación del conocimiento histórico elemental y necesario para acreditar los requerimientos universitarios según el modelo educativo integral y flexible de la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana hasta el momento vigente. Sin duda con la necesidad de actualizarse en cuanto a contenidos, bibliografía y contenidos disciplinares, no obstante dan cuenta del proceso formativo dentro de la Facultad de Historia siendo parte del trabajo escrito, de lectura e investigación en fuentes, particularmente historiográficas. Pero desde 2015 me incliné por colaborar y cobijarme al lado del investigador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales Rogelio de la Mora Valencia, con quien inicié mi camino de investigación, trabajo documental y aproximación a lo que sería con el tiempo mi tema de trabajo académico: la vida y obra del pensador ilustrado aragonés Ignacio de Luzán Claramunt de Suelves y Gurrea. De tal guisa, en 2015 preparé una ponencia para un congreso internacional de Historia celebrado en la ciudad y puerto de Veracruz y en 2016 otra más dentro del cuerpo del Grupo de Trabajo de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos AHILA por sus siglas Trabajo Intelectual, Pensamiento y Modernidad en América Latina, siglos XIX y XX, coordinado en ese entonces por el propio profesor de la Mora y por el ahora desaparecido Hugo Cancino (2021†). A raíz de esa experiencia fue que en 2016 logré conseguir mi licenciatura en historia con la tesis Ignacio de Luzán en la formación de la República de las letras mexicana a través del Diario de México, 1805-1812 dirigido por el profesor de la Mora Valencia, quien me orientó igual para presentar ese mismo año un trabajo más en un nuevo congreso del mismo grupo TIPMAL celebrado en Ecuador. De ese modo, para 2017 me postulé al Programa Nacional de Posgrado de Calidad CONACYT del Centro de Estudios de las Tradiciones del Colegio de Michoacán A.C. donde fui admitido. Cursé estudios escolarizados ahí hasta marzo de 2019 obteniendo el grado de maestro en ciencias humanas con especialidad en estudio de las tradiciones en junio de 2020 hasta alcanzar en enero de 2023 titularme como doctor en ciencias humanas con especialidad en estudio de las tradiciones en el área de lingüística dentro del campo de lengua, textos y tradición con la tesis Ignacio de Luzán, su cultura escrita y su Poética en la Monarquía española y en México, 1702-1840.