Rómulo Pardo Urías
Estas notas fueron una reflexión para la Experiencia Educativa de Taller de Interpretación de Imágenes impartida por el catedrático José Manuel Velasco Toro.
4.3.1 INTRODUCCIÓN
Trataré de responder dos interrogantes cruciales en el análisis y la contemplación cinematográfica como lo son el manejo del tiempo y el manejo del lenguaje simbólico. Al responder esto podré contestar también lo aprendido en el taller de interpretación de imágenes.
4.3.2 SOBRE EL TIEMPO EN LA EXPRESIÓN CINEMATOGRÁFICA
El tiempo en el cine es un recurso plástico y fundamental para la construcción de la trama y la narración. En ocasiones puede ser ejecutado en su dimensión lineal, pero en otras puede dar saltos y movilizarse como un eje estructural diversificado. El tiempo representa no sólo la dimensión real de la película, sino que puede representar también distintos momentos (históricos, generacionales, sociales, ficcionales), enmarcados en el desarrollo de la anécdota y de la trama. La importancia de la temporalidad cinematográfica estriba en su dimensión narrativa, en la capacidad de contar hechos y anécdotas. Su ángulo de perspectiva no es fijo ni movible, aunque tradicionalmente el tiempo cinematográfico respondía a una linealidad propia de la modernidad, una secuencia lógica partiendo de un inicio, alcanzando un desarrollo y llegando a una conclusión. El cambio en las formas de representar el tiempo también alcanzaron al cine y desde este punto de vista la temporalidad ha logrado mostrarse cambiante, divergente, con saltos inesperados, como en el caso de películas como Babel o Interestelar, donde el tiempo no está dado como una forma continua sino que está imbricado en distintos niveles de la narración y con formas y puntos de partida que rompen la secuencia lógica de una línea unívoca, definida e inamovible.
El tiempo es, por tanto, una de las principales materias primas del cine, considerando su dimensión de lenguaje que sintetiza audiovisualmente la complejidad, ficcional o realista, de los hechos humanos. La percepción del tiempo cinematográfico oscila al menos en el nivel interno de los hechos y en la dimensión realista, duración en tiempo real, de la película. En esa medida, el tiempo es fundamental no sólo como elemento constructivo del lenguaje cinematográfico, sino como herramienta que permite construir puntos de vista, opiniones, crear sentimientos o experiencias estéticas, afinar particularidades dentro de la trama y la narración o construir argumentos, mayores o menores, que pueden desembocar en hilos de la conclusión narrativa o en anécdotas secundarias a la principal dentro de la película.
Por todo esto, el tiempo es la principal unidad de trabajo cinematográfica e implica un proceso constructivo, de producción de significados y sensaciones, al igual que un elemento de factibilidad interpretativa que se diversifica: cada tiempo cinematográfico construye un microcosmos que representa una cosmovisión definida a partir de una lógica auténtica y propia.
4.3.3 SOBRE EL LENGUAJE SIMBÓLICO EN EL CINE
El símbolo como instrumento de representación, comunicación, expresión, pensamiento y lenguaje es una herramienta que en el cine encuentra desarrollos concretos y diversos a la vez. Si lo simbólico traba en unidades de representación contenidos del lenguaje o distintas formas expresivas, el cine se apropia del símbolo para la construcción de la experiencia cinematográfica como una forma de lenguaje, al igual trabada, que sintetiza la complejidad humana y humanamente representable. El cine hace uso del símbolo para lograr una efectividad comunicativa, estética, sensorial. Logra incrustar múltiples significados en escenas o secuencias de fotogramas, logra plasmar interpretaciones o emociones múltiples, simples o complejas, que derivan en la posibilidad comprensiva y de disfrute del cine. Conseguir conglomerados y unidades simples de sentido y significado, mediante imágenes, sonidos, secuencias narrativas y temporales, entre otros elementos, es una tarea frecuente que el cine ha aprendido a hacer con distintos matices de efectividad Y el símbolo en el cine es uno de los factores que precisamente consigue mostrar los efectos sobre el público, es el que consigue traducir, en experiencia estética o comunicativa, el conjunto de imágenes que componen un mensaje definido. Lo simbólico en el cine es una unidad de expresión, una técnica narrativa, el vínculo en el cual se confrontan los espectadores con el mensaje de la película, con los hechos contados, con la temporalidad de la historia, con los personajes o con los ambientes.
En su dimensión expresiva, el cine hace uso del símbolo para alcanzar cimas y crestas dentro de la narración, para mostrar, en breves momentos, sistemas de creencias o formas culturales y sociales, para construir sensaciones, significados o efectos emocionales, a partir de las unidades fotogramáticas compuestas por imagen-sonido-tiempo-narración. El cine realiza todo el tiempo estos ejercicios simbólicos, pues precisan ejes comunicativos del microcosmos que la película es. El simbolismo cinematográfico es quizá la herramienta que mejor debe manejarse en vías de obtener con el trabajo fílmico una producción significativa en los planos visuales, comunicativas, estéticos, ideológicos, sensoriales, entre los que se desprenden de la contemplación cinematográfica.
4.3.4 LO APRENDIDO
Hasta el punto alcanzado, la experiencia educativa del taller me ha permitido comprender que la expresión cinematográfica no es una simple composición de imágenes y sonidos sin relación alguna, sino que se trata de un lenguaje particular, con reglas propias según los géneros, con un trabajo complejo y socialmente construido en donde la intervención colectiva es crucial. El cine como expresión humana es una realización sintética que engloba dimensiones artísticas, ideológicas, sociales, literarias, científicas, técnicas, de lenguaje, entre las que he podido ubicar como parte de mi proceso de aprendizaje.
En un sentido amplio, el taller ha sido una plataforma interesante para ahondar en el comentario analítico y reflexivo de las distintas expresiones fílmicas contempladas, pero también parar quitar de mi óptica y sistemas de interpretación, los velos inocentes y/o esquemáticos a la hora de ver una producción de cine. He podido comprender que el mensaje cinematográfico está saturado de significados y que cada detalle dentro del microcosmos fílmico está dotado de significado y sentido, que construye, por mínimo que sea, una parte de la trama y de la historia. He podido también aprender que el cine, en tanto forma artística, cuenta con géneros particulares, que no es lo mismo una película de ciencia ficción que una película de suspenso que una de acción o un documental. Con esto puedo decir que en el taller he logrado distinguir que los distintos géneros dentro del cine tienen un propio canon, sus propias reglas y valores, técnicas y formas de manejo del tiempo o de la expresión cinematográfica. Por todo esto, el taller ha sido una valiosa contribución a mi formación en la contemplación de cine, ya no como un simple entretenimiento o pasatiempo, sino como un lenguaje normado, con intencionalidad, elaborado, con métodos y técnicas de ensamblado y producción, pero también como un producto cultural importante en el desarrollo del pensamiento, del arte, de los medios de comunicación y del registro estético del mundo.