La lectura de Carlos Montemayor, gran intelectual y creador literario del siglo XX nacido en Chihuahua, permite ubicar y definir rasgos del trabajo escrito. El libro contiene interesantes propuestas de acercamiento a la labor de leer y escribir, cosa fácil. Pero también interesa por tratarse de los mecanismos mediante los cuales los autores diversifican su producción editorial y pública. Las formas en las cuales un autor crea su audiencia no se restringen a los tópicos más profundos y sólidos de una trayectoria, sino también a las piezas “raras” o a los libros que definen su camino y andar.
La experiencia literaria abarca un arte combinatorio entre formas de saber, interpretaciones, disciplinas y métodos que se anclan en firmes pasos mediante publicaciones, participación en revistas, medios y foros. La solidez de aun autor puede entonces brindarse por distintos modos de acercamiento a autores, tradiciones y culturas, representadas por la expresión literaria. Un oficio, se sabe, es algo que se construye pacientemente, que se mejora y se hereda, que requiere la legitimidad de los pares y el reconocimiento de las autoridades. Montemayor fue un importante traductor, un académico y un hombre de ideas y acciones en pro de la cultura.
La lectura de Carlos Montemayor en este ejemplo permite comprender de qué forma y bajo qué principios leer y escribir, la cultura alfabética de la modernidad nacional, puede mejorarse, comprenderse y constituirse como mecanismo de auto-afirmación y conocimiento del mundo.





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