ROMULAIZER PARDO ID WEB 2.0 DE RÓMULO PARDO URÍAS

EN VÍAS DE UN PERFIL CIENTÍFICO-HUMANISTA, ARTÍSTICO-CULTURAL
Y LECTOGRAMÁTICO. CIUDADANO MEXICANO GLOBAL 2.0

alter ego alter nos Romulaizer Pardo & Co- modernidades autohistóricas discute Rómulo Pardo Urías- Romulaizer Pardo o Rómulo Pardo Urías ID web digital 2.0

La estancia de los estudios de maestría me hicieron mudarme a Zamora, Michoacán en 2017. Después de eso, al concluir el periodo escolarizado, retorné a Xalapa. En la mudanza, con un mudancero de Xalapa de nombre Alejandro, la mala organización del equipo hizo que inevitablemente fuera desbaratada y mutilada una hermosa mesa de encino o roble que había llevado para trabajar allá. Después de eso fue un pendiente constante, verla ahí, destruída, desvalijada, rota, moviéndola de un sitio a otro, cambiando sus patas y su superficie sin si quiera imaginar repararla. Una mesa reparada, esa es la historia

La culpa y el dolor de estar sufriendo por una mesa destruída

El tiempo transcurrió, terminé mi doctorado, quedé sin trabajo, sin suficientes recursos monetarios. Pero comencé a investigar cómo repararla. Entonces me comuniqué con el taller Broca de Xalapa, comandado por Álvaro Avitia. Me hicieron un presupuesto que no podía costear. Pero ya estaba entonces la inquietud de arreglar este valioso objeto familiar. Fue gracias a que me recontacté con mi master Sergio Rangel, multioficios, que finalmente se vislumbró una posibilidad real. Hablando con él le dije que quería aprender carpintería, me señaló que podía dedicar algo de tiempo a enseñarme y que nos pusiéramos de acuerdo. Pero tuvo que esperar hasta agosto de este año para que finalmente esas “lecciones” se concitaran. Una mesa reparada, ese fue el proceso.

Patas y superficie destrozadas y dañadas fueron poco a poco tomando forma. En principio limpiar las ranuras de las cejas de las patas de los residuos que los martillazos del mudancero Alejandro dejaron. Luego también pegar las nuevas cejas para ensamblar las patas a la superficie. “Que el pegamento escupa”, dijo Master Sergio.

Un proceso gradual, sin prisas, trabajando constantemente, aprendiendo cosas básicas. Lijar, pulir, ensamblar, taladrar, limpiar, barnizar, esperar. Master Sergio me dijo: “comenzaste por el final, este trabajo es más de ebanista que de carpintería”. El resultado fue satisfactorio.

Pasito a pasito tun tun

Un proceso que implicaba una sesión semanal, martes a martes, llegando a las 11 am, trabajando lento, gradualmente, observando las formas en las que una piltrafa de residuos, aún algunos útiles, volvían a tomar forma. Lo más difícil en mi imaginación fue volviéndose real y accesible. Limpiar las ranuras de las cejas que ensamblan la mesa con las patas, aprender a limpiarlas con el taladro, con delicadeza y precisión. Entender que las patas entraban ahí, colocarles las nuevas cejas y ver “escupir el pegamento”, que chorreaba, que era limpiado, ir armando el rompecabezas de los daños para hacerlos renacer.

Colocar las nuevas cejas en las patas, ensamblar en las ranuras limpias, ajustar, quitar, poner, armar, como cuando era niño y construía con Tente, Lego, juegos de armar de madera, de plástico, bloques y demás. Hoy no como infante, ni como profesional, sino como aprendiz. Una mesa reparada, aprender a renovar lo destruído.

El maestro llega cuando el aprendiz está listo

El aprendizaje fue cálido con la enseñanza del Master Sergio, una fiel muestra de su pedagogía, libre, atenta, sin los protocolos rígidos de la solemnidad, sino con camaradería, con cariño y con libertad de ser, equivocarse, rectificar y guiar el proceso de reconstrucción mesístico. Todo fue tomando su sitio, cobrando forma, renovándose. Master Sergio me dio indicaciones en cada paso del proceso, me señalo los caminos necesarios para conseguir que la destartalada mesa fuera retomando su figura, su aliño, su porte y valor. Un aprendizaje muy valioso fue al momento de lijar. Master Sergio me llamó y me dijo: “Mira, toma ese platón y recopila todo el polvo de la lijadura, nos va a servir después”. Una mesa reparada, pasito a pasito.

El gremio de los negados que aprenden a reafirmarse

Raros entre los raros, fumadores, cafeteros, excéntricos, Master Sergio y yo conversábamos, dialogábamos, compartíamos de todo durante las sesiones, intercalando charla, café y cigarrillos con lijar, taladrar, reafirmar, hasta que llegó el punto del barnizado. Gran reto aprender medidas y condiciones del barniz, uso de tíner, limpiado de la brocha antes y después de su uso, todo aquello uqe fue dando ya los últimos retoques a algo que simbolizaba ya no el daño hecho en 2019, sino hacer con mis propias manos, con mis propias habilidades, con mi propio aprendizaje el rescate de la mesa dañada hasta transformarla en mesa reparada. Un impulso fabuloso, un acto de amor propio y de resarcir bondadosamente las consecuencias dañinas de mis decisiones.

Ver los cambios, distinguir el proceso, identificar cómo fui capaz de ser responsable del daño de la mesa y ahora ser responsable de su reparación, fue un acto de sanación, de curación, propia y física. Sentir cómo con mis propias manos y mis propias atenciones algo inservible volvía a ser útil fue una gran lección y una experiencia muy gratificante. Una mesa reparada, curar una herida de culpa mediante un trabajo de reparación.

Mesita nuestra que nos apoyas: joya de la familia vuelta a casa ¡bienvenida!

La mesa llegó como se fue, transportada a pie, pero al inicio fui yo solo quién llevó primero las patas, en el bolso Nepalí o Hindú que me regaló mi padre hace tantos años. El tablón de la superficie lo cargué de una loma a otra, como el Pípila en la Alóndiga de Granaditas en la lucha de Independencia mexicana, para ser devuelta por Master Sergio y uno de sus más distinguidos inquilinos, un homeless que si bien da guerra también se acomide.

Llegó la mesa, linda, brillante, recompuesta, armada, después de un proceso de revitalización, reensamblado y reconstrucción, que también me transformó a mí, me atrevo a decir igualmente que algo produjo en Master Sergio. Una lección de vida, hoy mi mesa reparada vuelve a servir, vuelve a la vida, vuelve a su casa, reintegrada, rearmada, renovada, más bella que nunca. Una mesa reparada, ¿cuántas cosas somos capaces de reparar en nuestra vida (objetos, relaciones, sentimientos, experiencias, vivencias, recuerdos) con una intención verdadera y honesta de humildad, aceptación y buena voluntad?

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Perfil científico-humanista, artístico-cultural y lectogramático. Ciudadano mexicano global 2.0

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En Xalapa, compró mis libros en la Librería Da Vinci. Di que lo viste en Romulaizer Pardo.

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